Modificación del Código de Aguas: ¿incertidumbres?
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Señora Directora:
Después de una tramitación de 10 años, el Senado aprobó la iniciativa legislativa que modifica el Código de Aguas, faltando ahora la discusión en particular para ser promulgada como Ley. El proyecto busca proteger el recurso hídrico para asegurar el consumo humano y el saneamiento, la preservación de ecosistemas y la sustentabilidad acuífera.
Lo señalado está en línea con la urgencia actual de estrechez hídrica que ha agravado el cambio climático. Es por tal razón que la modificación otorga a los derechos de aprovechamiento un carácter temporal, se restringe el uso de ciertos derechos en situaciones de escasez, y se establecen causales de extinción y caducidad.
En Chile, el 8% del consumo de las aguas continentales se utiliza para agua potable, lo que ha permitido una cobertura muy importante a nivel urbano, pero aún hay brechas que cerrar a nivel rural. Por su parte, para fines productivos se tiene que el 82% del consumo corresponde a usos agropecuarios, el 7% a usos industriales, y el 3% a usos mineros. De esta manera, y concordando con los objetivos que plantea la modificación del Código de Aguas, también es importante dar seguridad jurídica para que los usos productivos sigan aportando al crecimiento económico del país, en especial cuando se trata de proyectos que se desarrollan en el largo plazo.
De acuerdo con lo señalado, se espera que el texto final de la ley se haga cargo adecuadamente de las incertidumbres que algunas normas pudieran generar en su aplicación. En este sentido, y dada la dificultad que tiene actualmente la DGA para cumplir adecuadamente con su rol regulador y fiscalizador, temas de preocupación que requieren atención son el otorgamiento a este servicio de mayores atribuciones, así como la definición de la institucionalidad que dará soporte al nuevo Código.
Juanita Galaz Palma
Presidenta Comité Medio Ambiente y Energía, AIC